viernes, 8 de mayo de 2009

Luna llena

Como quisiera pasar la vida entera
como estudiante el día de la primavera


Hay poemas, frases o "acudits", como dicen aquí (que me gusta, porque aunque significa algo así como broma, suena a "algo que se te acaba de ocurrir"), que consiguen ser trozos perennes de verdad. Éste, de Andrés Calamaro, es uno de ellos.

No te vayas, luna llena. La vida me dio el milagro de mil primaveras hechas de días de la paella, de noches de verano subida en motos de baja cilindrada con un tío un poco cabrón -pero que en el fondo es sensible y me quiere- conduciendo y, sobre todo, metiéndome mano. Y yo, solo en la intimidad, reconociendo que me gusta. Que venga Freud o que venga la Madre Teresa de Calcuta, pero lo grito a los cuatro vientos: ¡¡¡me ponen los guapísimos buenorros que están más salidos que una mesa y que solo me ven como un objeto que se morirían por follar!!!

AAAAHHHHHHHHH!!!!!!!!! grito desesperado por esas noches de primavera-verano y verano-primavera (mayo, septiembre, permitámonos todos llorar por ellos y por la belleza de las pieles a la luz de sus lunas llenas).


AAAAAAAHHHHHHHH!!!!!!! Grito por los tíos chulos, guapos hasta el dolor e I-RRE-SIS-TI-BLES me han pedido/piden/pedirán/dejarán de pedirme de rodillas que me depile, porque se mueren por follarme al estilo seda salvaje. Morenos de ojos brillantes, milagros de la naturaleza...cómo atrapar vuestros momentos si no es devorándoos o estrujando un papel. Morenos guapísimos y belleza que duele. No quiero ser la abuela de El Pájaro Espino.

Yo no quiero amor de invernadero. Amor, sé que tú tampoco. No me dejes por miedo a la polilla, porque yo también huyo de ella. Prefiero que nos pongamos los cuernos, que exploremos el abismo, antes que apretar el gatillo por miedo a la desidia.

¿Qué será de la vida cuando acaben las pastillas?