lunes, 18 de febrero de 2008

AGUÁNTATE

Borra su teléfono. Borra los teléfonos de los amigos que tienen su teléfono. Cámbiate de universidad. Vete de la ciudad. Cámbiate de nombre. Sométete voluntariamente a una experimentación de la CIA que te haga volver a un estado primigenio. Deja escrito antes lo siguiente:

“Si alguien me encuentra balbuceando, que se cuide por favor de raparme el pelo. Que me pinte las tetas de negro y, si existe la forma de hacerlo sin dolor y sin riesgo para mi salud, que me las corte. Que me extirpen el estómago y me alimenten por vena. Que me envíen a un campo de arroz a China y, si es necesario, que no me extirpen el estómago ni me corten las tetas para que sobreviva allí, pero que me dejen tonta. Mejor aún: que me enseñen a hierro a creer y amar a algún dios que nunca me fallará. Si quien leyere esto no cree que sea suficiente como para que no me vuelva a enamorar sin riesgo 0, por favor, que me mate directamente. Sin dolor, Montes dixit”.

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