domingo, 17 de febrero de 2008

Lassie

En este febrero que no acaba de llover, no termino de dejar de estar enamorada. ¿De qué? De todo.

Estaban echando una película de Lassie, la perrita que se llevan a Dinamarca y pienso en Tommy y en mis escenas de cama con él, haciéndole cosquillas en su equivalente a axilas. Él muriéndose de placer, con algún gruñido, y yo encantada de tener un ser vivo, peludo y revoltoso al que meter mano en la cama.

Para amor, el amor de madre. Revisando la despendsa familiar ante la llegada inminente de hermano y cuñada, digo "Hay Tang". Mi madre salta "¡Tan llamando!". Mi padre y yo intercambiamos una mirada de comprensión, a punto de estallar de la risa o de la desesperación porque mi madre es así, pero para nuestro alivio, efectivamente estaban llamando. Pura coincidencia. Era su hijo. Mi madre lo supo por telepatía y por amor de madre, porque no se oía nada.

Lassie viajó de Escocia a Bristol por amor.

No hay comentarios: