Cuando ya no existes
y eres solo la malla que se me enreda en el pecho
cada vez que escucho esa canción,
es justo cuando te subo al altar.
No te bajes,
no me llames
Sabré vivir los días así, normal,
sin paseos en moto, sin tus miradas
sin tus insultos que yo pensé eran cariños...
sin cuadros que no necesitaban ser pintados,
porque los veía todos en ti:
el de mi pasado, mi presente y mi futuro.
Voy a seguir dándole cuerda a tu recuerdo,
porque no es tan fácil conseguir emociones verdaderas,
y yo soy una yonki del dolor, combatido con sueños.
Asumo mi condición,
y el vivir colgada los años que me quedan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario