El viejo que pasea por la calle cada mañana, hoy se ha puesto los pantalones cortos. Los compra medio avergonzado en el mercadillo, porque eso eran cosas de su mujer, y ella ya murió hace cuatro años.
¿Qué pasará por la mente de los viejos? El cerebro va más despacio, y se convierten en puro sentimiento, que gira alrededor de unas ideas básicas sobre el bien, el mal, el ahorro y el paso de las estaciones.
El viejo anda a las 9 de la mañana arrojando pan seco a la calle. En su mundo circular, el pan que le sobra a él tiene que tener salida, porque si no, habría una fuga de energía en la justicia de la vida. El pan no puede ir a la basura, es para los pájaros. Para que los gorriones de mi calle no se peleen, el viejo va dejando migas como Hansel y Gretel, a cada paso. ¿O será que el viejo tiene miedo a perderse?
La vieja gasta su pensión de viudedad en pequeños vicios. Hoy, ha sido una bayonesa comida rápido y a picotazos en el Rodilla. Cuando ella era joven, no existía la posibilidad de que gente como ella pudiera entrar a una cafetería, pedir algo, recibir un trato exquisito y poder comérselo, sin haber arruinado la economía familiar y sin miradas envidiosas o inquisidoras. La vieja se come a picotazos la bayonesa, de espaldas al stand y frente a la puerta. Hay algo de culpabilidad en sus movimientos mecánicos de pajarillo asustado. Quizás piense que no se lo merece, o que en el fondo está haciendo algo malo. Quizás se ha escapado del centro en el que duerme y se está saltando a la torera la dieta para diabéticos. Quizás no se sienta digna del lugar que ocupa, porque es vieja y está sola.
¿Qué hace un viejo solo, sin las mínimas nociones de autoestima, o sobre cómo vivir su vida lo más dignamente posible? Se entrega a la pena sin pudor. Afortunados los alegres, pues aún cuando lleguen a viejos mantendrán algo dentro de sí. Los otros, los tristes, los incultos, los feos, los amargados...cuando lleguen a viejos se morirán de pena, mascarán el tiempo que pasa un trillón de veces más despacio que la velocidad del sol y llorarán a solas, sin saber todavía quién les engañó o se quedó con lo que les tocaba.
No quiero ser una vieja sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario