martes, 22 de enero de 2008

celos

Cuando una sufre el odio y la envidia dirigidas a una, no se lo puede ni creer. Quienes lo veen desde fuera, lo pódrán juzgar hasta casi como un privilegio, pero el sufriente no puede evitar preguntarse "¿qué fue lo que hice mal?".

Debe de ser que para que haya días buenos tiene que haber días malos. ¿Qué define un día malo? Peor lo pasaron los de Atocha...Las verdades de Paulo Coelho-y del estilo- no pueden ser sólo deductivas, tienen que ser inductivas: no te crees el secreto de la felicidad hasta que efectivamente eres feliz. ¿Dónde está el punto de enlace entre la voluntad y el efecto? ¿Cómo decidir evitar torturarse y efectivamente hacerlo? Cuando se descubre, voilà, ya se ha hecho.

Esto es también un manifiesto

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