sábado, 5 de enero de 2008

“TOMMY, DILE ALGO”


Ésa es mi madre: pura libertad. Y eso que ni la revolución sexual ni la feminista pasaron por ella. Pero mi madre se sale, por idiosincrasia o por pereza, que en su caso a veces es lo mismo pero no es igual.

- (Yo) Luis, me encanta la primera canción de este disco de Pavarotti, la de Nesum Dorma


- ¿Quién es subnormal?- reacciona mi madre agitada desde el fondo del salón, mi madre que nos
ha enseñado a que se puede estar cómodo en los básicos fundamentales de la vida: te quiero, me gustas, eres tonto, me das asco, qué rico, eso no me gusta aunque no engorde, no quiero hacer gimnasia, vaya tripa que tengo, tu padre está inaguantable.

Mi madre es la muñeca perfecta para el artista loco: se la puede hacer que baje en mandil para hacerse una foto con el perro en brazos, sentada como una ninfa de 80 kilos sobre el jardín de la comunidad. No se inmuta porque se le haga otra fotografía en un puerto con un stand detrás, haciendo coincidir sobre su cabeza las letras que indican “Cebo Vivo 24 horas”. Tampoco le molesta aparecer en archivos fotográficos tumbada en una cama revuelta con el perro, Tommy, saliendo triunfal entre las sábanas.

Tommy llego a casa para entender a Sacri, o para que Sacri lo entendiera. Y lo cuidara, porque Tommy no viviría mil años si no fuera por mi madre. Hoy Sacri me ha dicho que le va a echar un peluche a Tommy por Reyes.


-Pero si no se entera, mamá

- ¿Cómo que no? Le voy a comprar uno blandito, que pueda coger con la boca, que la vaca ya la tiene destrozada

Todo el cariño que no recibe del hombre con el que se casó ( y que la debe querer, pero que sabe más lidiar en el campo de batalla , o en el campo de hierba, que en el hogar), lo concentra en Tommy (pero a veces hasta los perros son cabrones: no quieren a quien más les da, sino al más fuerte de la casa). A pesar de eso, Sacri ha tenido amor bastante para acoger y dar cuidado infinito a este niño nuevo (los hijos que tendremos serán peludos y llorarán todo el día). Hoy, ha pasado una vecina , se han felicitado el año y Sacri, ni corta ni perezosa:

- Venga, Tommy, dile “Hola”

Así es el mundo de mi madre, y se lo puedo agradecer, pues supongo que algo he aprendido de ella: hacer el mundo a tu medida es una cuestión de voluntad*.

*corrijo, pues cada generación tiene que mejorar en algo a la anterior: a los casos perdidos y a las relaciones podridas he optado por aplicarles otras fórmulas

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